
Vicente Ruiz estudia Ingeniería Comercial en la Universidad de Concepción e integra el equipo de vóleibol que nos representará en los próximos Juegos Mundiales Universitarios FISU 2025.
De cara a la cita que se celebrará del 16 al 27 del presente mes en Alemania, Víctor se expresa sobre las sensaciones por la clasificación y participación, la trayectoria, su familia, el cambio de puesto en la cancha, el apoyo de la universidad, entre otros temas, para entender quién es, su preparación, motivaciones y expectativas para la competencia, así como su lado personal y académico.
Sensación por lo logrado:
Felicidad. Teníamos el presentimiento de que lograr la clasificación era posible por los resultados que obtuvimos en los últimos años, pero nunca lo tuvimos claro. Sin embargo, nos hemos preparado para un desafío grande, con mucha responsabilidad y muchas ganas. Era un objetivo desde que mi hermano Benjamín, que fue capitán del equipo, estuvo en Nápoles 2019. Ahí supe que se podía llegar a un evento tan grande como el Mundial universitario y me lo propuse. Tengo muchas ganas de vivirlo, es lo más cercano a unas Olimpiadas. Nos tocaron países fuertes, pero quiero competir, conocer otras culturas y buscar el mejor lugar posible.

Sobre Vicente Ruiz:
Vengo de una familia deportista. Desde pequeño me motivaron por los beneficios y valores que entrega el deporte. Siempre nos animaron a probar distintos deportes hasta encontrar el que más nos gustara, y con el vóleibol lo pasamos bien. Me considero una persona familiar; estar en casa y compartir con mis seres queridos me ayuda a recargar energías. Compartir con mi hermano acá en Concepción ha sido especial, él es un modelo y un ejemplo para mí. La química en equipo es muy importante.
Inicios en el vóleibol:
Empecé muy pequeño en el vóleibol y no era consciente de las competencias que existían. De niño veía Olimpiadas y era fanático del deporte. Me propuse llegar lo más alto posible y entendí que trabajando de la manera correcta en el lugar correcto las cosas podían resultar. Cambiarme de posición a opuesto fue una decisión que está dando resultados, me siento más cómodo y relajado gracias al trabajo que hubo detrás.

Apoyo de la universidad:
La universidad se ha portado de forma espectacular. Estoy muy agradecido con la Universidad de Concepción por todas las oportunidades que da a los deportistas y por la importancia que le da al deporte. El deporte va de la mano con la vida: ayuda a desestresarse y entrega valores para el día a día. La universidad ha sido un siete, dándonos facilidades y apoyo para la práctica deportiva, preocupándose por escucharnos y estar ahí cuando lo necesitamos. Para mí, el deporte y los estudios van juntos, no son cosas aparte.
Cambios y aprendizaje:
He aprendido que el trabajo constante y los cambios, como pasar a jugar de opuesto, han sido claves para sentirme más cómodo y lograr resultados. Cada paso ha sido importante para avanzar y dar frutos en el equipo.
