Conociendo a….Luigi Anselmo, seleccionado de básquetbol de la UFRO

Mulchén en mapudungún significa “Halcón Guerrero”. Un pueblo pequeño ubicado en la región del Bío-Bío y el hogar del número 9 de la selección de básquetbol de la Universidad de La Frontera.

Luigi Elías Anselmo tiene 23 años y es estudiante de Pedagogía en Educación Física en la UFRO. El joven deportista dice que toda su vida ha estado ligada al deporte, y de ahí que su disciplina se aplique en la cancha, pero también en su carrera. Y señala que “desde que tengo memoria mi vida ha girado en torno al deporte. La educación física va mucho más allá de lo que te enseñan en clases y siento que los colegios y liceos no lo imparten de buena forma. Por eso quise estudiar esto, para hacerlo mejor”.

Para este joven, la UFRO es una de las mejores universidades del sur de Chile, pero parte de su decisión se basó también en ahorrarse el arriendo y seguir viviendo con su familia. Su madre y su abuela. Y aunque barajó otras casas de estudio en Concepción y Los Ángeles, hoy Luigi juega con la camiseta azul y representa a la UFRO en la competencia deportiva universitaria.

Su película favorita, Juego de Honor, inspirada en el histórico entrenador de basquetbol Ken Carter, relata los valores que entrega el deporte, razón por la cual Luigi la tiene en su top 1 seguida de Interestelar. Sin embargo, también tiene otros intereses más allá del básquet y confiesa que “me gusta mucho leer, aunque a veces a la mitad del libro me aburra. También me gusta jugar play 5, aunque dentro de mi día a día no me queda mucho tiempo para eso”. Porque para Luigi, la naranja y el deporte en general son su pasión y su prioridad. En un día común con el 9 de la UFRO, su rutina se basa en ir al gimnasio, entrenar, trabajar y estudiar.

Pero no todo siempre fue básquetbol en su vida…

“Empecé tarde en esta disciplina porque mi interés deportivo partió con el fútbol. Jugaba de puntero, pero la verdad era muy malo. Luego apareció el básquet que tenía una complejidad distinta que me atraía y me sigue encantando”. Aunque dice haber sido chuncho en alguna etapa de sus 23 años, también suelta que “Colo-Colo es lo más grande”.



No así el camino que lo llevó a descubrir la NBA, a Lebron James y a Stephen Curry. Sus  jugadores favoritos y dueños de su admiración y señala que “Lebron es una bestia a pesar de su edad. Mi equipo favorito siempre va a ser el equipo donde ellos jueguen hasta que se retiren. Los banco hasta el final”.

Pero el básquet le ha entregado mucho más que ídolos. Para Luigi el camino ha tenido de todo: viajes, campeonatos, amigos y alumnos, pero también mucho crecimiento personal. Y admite que “el deporte me ha hecho ser una persona distinta. Me ha dado valores, motivación y disciplina, así como también reconozco que me ha quitado cosas”.

Y relata uno de sus mejores recuerdos en el camino…

“Una vez fuimos a jugar un Sudamericano a Aysén. Era muy chico, estaba en el Liceo y esa fue la primera vez que viajé en avión. Fue una experiencia increíble, jugamos con equipos de afuera y en ese campeonato me raparon por primera vez”. Cómo es tradición en la mayoría de los deportes.

Pero siendo un joven que a su corta edad ya ha jugado en liga profesional—en equipos como Abtemuco—, Luigi también tiene una visión crítica del desarrollo deportivo en nuestro país, particularmente en su disciplina. Una opción que por cierto decidió dejar atrás, priorizando la competencia a nivel universitario y expresa que “es complejo. Nos enfrentamos a ciertas cosas que no pasarían si se tratara de fútbol, por ejemplo. Se ven atrasos con los pagos, equipos que se van a la quiebra y otras cosas oscuras que uno va descubriendo en el camino. Sumado a eso, se entrena toda la semana incluso más de una vez al día. Realmente no te queda tiempo”.

Por eso el joven deportista señala que hoy los desafíos en ese ámbito tienen que ver más con el financiamiento y señala que “no todos los equipos tienen los recursos para costear viajes largos, conseguir auspiciadores y lamentablemente eso no te permite escalar. La visualización del deporte profesional no alcanza para que una ciudad grande tenga su propio equipo. Acá no tenemos ni siquiera un equipo en segunda y muchas veces la gente no va a ver los partidos”.

Pese a todo, su familia y sus dos hijas perrunas, Happy y Cola, son un soporte importante para el joven oriundo de Mulchén. Con un amor indiscutible por el sur de Chile y la naranja, Luigi ve el deporte como motor de cambio y desde esa perspectiva vive y transmite ese mensaje a las nuevas generaciones.






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